La historia antigua y la prehistoria de las Tierras Andino Equinocciales

Author: Efecto Alquimia / Etiquetas: , , , ,

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Desde la escuela se nos ha enseñado que la historia de los pueblos Americanos inicia desde la llegada de los europeos. Sin embargo, sabemos que estas tierras tuvieron un maravilloso pasado y mientras más se investiga nos damos cuenta cuan magnífico pudo haber sido.

En el caso de Ecuador, se nos cuenta sobre los Incas, la Conquista, la Colonia… y dónde quedan aquellas culturas que habitaron este territorio en su remoto pasado. En los últimos años, descubrimientos arqueológicos de gran magnitud han hecho que poco a poco regresemos a mirar a nuestros verdaderos orígenes. En la amazonia, en la parte andina y en la costa, los vestigios de culturas bien desarrolladas, con intercambio de productos y desarrollo en varios campos nos hablan que en el que hoy llamamos Ecuador, como en toda América existieron desde hace miles de años una gran organización que es preciso conocer.

Pero no es de estos días, varios libros, manuscritos y crónicas ya nos informaban sobre nuestro pasado. Los primeros en mencionarlo, los cronistas que recopilaron de boca de los nativos, de los kipus, informaciones valiosísimas en documentos que en muchos casos hoy se encuentran desaparecidos. Los Jesuitas, también hicieron lo mismo, pero de ellos, el más importante para nosotros es el Padre Juan de Velasco. Quien dedicó prácticamente toda su vida a la tarea de contar nuestra historia antigua y la prehistoria.


Hubo  una civilización humana en el Ecuador
cuando en Europa reinaba la más antigua Edad de Piedra”

Roderick Mur­chiton




Con todo a favor

El padre Juan de Velasco, natural de las Tierras Andino Equinocciales, escribe a finales del siglo XVII, en Italia, luego del destierro de los jesuitas de las tierras americanas, la “Historia del Reino de Quito”. Flora, fauna, mitos, tradiciones y demás estudios son publicados en tres tomos.

La polémica obra ha sido defendida por unos y descalificada por otros, sin embargo nadie puede negar que son estos escritos unas de las pocas obras con las que cuenta el Ecuador para remitirse a su origen, a su pasado mitológico, a ritos, costumbres y tradiciones que con el paso de los siglos se han perdido.

“Sin querer rebajar el mérito de nadie, ni tampoco desconocer los adelantos de las diversas ciencias, que son preciosos auxiliares de la Historia, parece que se puede afirmar que Velasco se hallaba en condiciones más favorables para escribir la Historia antigua y la Prehistoria del Ecuador, que cualquier autor moderno, nacional o extranjero. Y la razón salta a la vista; pues no tienen ellos muchos de los monumentos antiguos que él pudo examinar, ya que muchos han desaparecido; no tienen las tradiciones orales de los indígenas, ni la facilidad que él tuvo de examinarlas; pues muchas de esas tradiciones se han ido perdiendo y se perderán cada vez más en el decurso de los años; no tienen los tres manuscritos que él asegura haber tenido a su disposición y cuya desaparición deploran amargamente”.

Reflexiones profundas, lecturas constantes de preciosos documentos que hoy se encuentran en alguna biblioteca privada o incluso desaparecidos, sus conversaciones directas con los nativos, la observación de la naturaleza y de los vestigios de antiguas culturas, llevaron al padre Juan de Velasco a contar una historia que pudiendo parecer resultado de su imaginación, ahora se vuelve verdadera.


 Mientras con sólidos argumentos históricos no se pruebe lo contrario, la Historia antigua y Prehistoria de Velasco merecen la aceptación que se da a esta clase de escritos. Los valiosos descubrimientos de la Arqueología moderna no quitan su valor y autoridad a las afirmaciones de Velasco”.


En los últimos años, lejos de encontrar aquellas pruebas que descalifiquen la obra de Velasco, se ha ido revelando que con pocas equivocaciones lo que él escribe, va tomando valor real. Sitios arqueológicos, zonas que habitaron las antiguas poblaciones, etc.



Destinado quizás a realizar esta obra, el Padre Juan de Velasco “Pudo estudiar los monumentos antiguos, que entonces existían en mayor número que ahora, en particular los monumentos sepulcrales; pudo recoger las diversas tradiciones que existían entre los indios, y comprobarlas con sus contra preguntas, siempre que le pareció conveniente; pudo hacer a su gusto observaciones geográficas, de Historia Natural y otras en puntos dudosos o controvertidos y consta que las hizo”.

Otro punto que favorece a la obra es que  “tuvo a su disposición no sólo los archivos de la Compañía de Jesús”, que es sabido contienen o contenían información valiosa para la historia y la prehistoria de estas tierras, también contó con acceso a los documentos “públicos y privados de Quito y Cuenca, y en general de todas las ciudades en donde estuvo”.

“Todos conocían su amor a su patria, a América y a las cosas americanas; y ese amor le abría todas las bibliotecas y le procuraba toda clase de documentación; y tuvo en su mano todos los manuscritos que podía desear. Nadie, pues se ha visto, ni probablemente se verá, en circunstancias más oportunas y bajo todos aspectos más favorables para recoger los datos necesarios para escribir la Historia del Reino de Quito.

Entonces salta otro de los argumentos que descalifican la obra. Se dice que el padre Juan de Velasco habría escrito su obra de memoria en Italia,  incitado por el amor a la patria, que para hacerlo no contaba con las notas que recogió. Esto también es falso, se sabe por su diario y otros escritos, que pudo llevar no sólo desde Popayán sino durante todo el trayecto de destierro,  las notas y documentos de su trabajo de años.

Sin ser escritor, historiador, etnólogo, arqueólogo, botánico o científico, el Padre Juan de Velasco recopiló información no sólo sobre el origen de la población del territorio al que llamó Reino de Quito, registró en su obra descripciones de la flora, fauna, de las montañas, ríos, etc. La obra de Velasco es y será la primera que se hace con detalle de lo que fuimos y de las tierras que habitamos, de la riqueza natural y de las tradiciones más variadas y simbólicas.

Ximena Flores Venegas.
20-12-2011



 Fuentes:

“Historia del Reyno de Quito en la América Meridional”
Padre Juan de Velasco
Tomo I Parte I
1789

“Historia Moderna del Reyno de Quito y Crónica de la Provincia de la Compañía de Jesús del mismo Reyno” 
Padre Juan de Velasco.
Publicación dirigida por Raúl Reyes y Reyes.
Octubre, 1941
Quito – Ecuador


4 comentarios:

Amira Acosta dijo...

Excelente trabajo, muy profesional. Reaviva el orgullo de ser americanos y provenir de raíces tan profundas y ante todo, con valores superiores a los de aquellos invasores que a sangre y fuego destruyeron nuestra civilización y cultura.

Unknown dijo...

que permanece guardada en una bóveda

Unknown dijo...

todo es bello la caligrafía todo absolutamente todo pero quisiera que escribieras la historia de una obra de él

Dinos dijo...

Increíble, hay que destacar la diferencia clara entre historia y prehistoria, para poder tener una mejor noción del tiempo en el que vivimos.

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